6 de Enero La Epifanía del Señor - La visita de los Reyes Magos
Epifanía... Luz de Dios para el hombre.
Nos dice Juan. “La luz vino a los suyos y los suyos no la conocieron, sin embargo a los que la vieron Dios les dio el nombre de Hijos de Dios”
Luz que se acerca a nuestras vidas y nos invita a ser nuestro huésped.Luz para toda la humanidad… no solamente para un pueblo.
Y esta luz se hace “Epifanía”... manifestación de Dios para el hombre de buena voluntad.Si seguimos el Evangelio descubrimos que la fe de estos hombres sigue un itinerario: descubrir la estrella, dejarse iluminar, ser obedientes a la llamada sin desfallecer, informarse, buscar, preguntar, encontrar, caer de rodillas y adorar.
Es el símbolo del itinerario de fe de todo hombre que se abre a ella. Por eso nuestra reacción debe ser: de búsqueda e información, de encuentro y obediencia a la llamada de este Dios que sale a nuestro encuentro, de adoración y humildad aún ante nuestros propios títulos y posesiones.
La epifanía nos llama a caminar en la luz… hacia la Luz… en la claridad de vida… “en La Vida”.
La Epifanía nos invita a ser hijos de Dios y a ser nuevas epifanías ante nuestro hermano, aquel que sufre, que esta solo, que se encuentra perdido y sin aliento en esta vida… aquel que siente la necesidad del otro cuando el otro no está a su lado.María nos invita a guardar todas las maravillas de Dios en nuestras vidas, nuestras epifanías personales, en el corazón y dejar que nuestras voces, a su debido tiempo, sean quienes canten alabanzas a Dios para ser escuchados por los hombres.
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