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Roma (2008-11-15).- El 17 de agosto las Carmelitas Descalzas de New Caney (USA) recibieron una prometida y largamente esperada visita del amigo astronauta de la comunidad, coronel Ron Garan. Ron formaba parte de la tripulación del viaje del más reciente transbordador espacial Discovery, que tuvo lugar del pasado 31 de mayo al 14 de junio para dejar y adjuntar el módulo de laboratorio japonés Kibo (Esperanza) a la Estación Espacial Internacional.
La misión de Ron consistió en salir al espacio, atado sólo por una correa al pie, en un brazo robótico guiado desde el interior de la estación por otro miembro de la tripulación para mover el módulo japonés en la posición correcta y segura, así como hacer algunas reparaciones en el exterior de la estación espacial. La NASA preparó un vídeo de la misión, por lo que se ha podido escuchar y ver algo de lo que pasa "dentro" del transbordador y de la estación.
Se trató de una apasionante y esclarecedora tarde para la comunidad carmelitana. Con razón las monjas están agradecidas al comandante Ron por compartir esta experiencia de extrema aventura con ellas.
En la pasada primavera este comandante espacial había llamado a la comunidad para pedir oraciones para su viaje en el espacio, ofreciéndose a llevar algún objeto sagrado que las monjas le encomendaran.
Qué podría ser?
La comunidad se acordó de las palabras de Santa Teresita: "Siento la vocación de apóstol ... Quisiera recorrer la tierra, predicar tu nombre, y plantar sobre el suelo infiel tu Cruz gloriosa. Pero (oh, Amado mío, una sola misión no me bastaría! Quisiera anunciar al mismo tiempo el Evangelio en las cinco partes del mundo, y hasta en las islas más remotas ..."
Con esta evocación las Carmelitas entregaron al astronauta una reliquia de Santa Teresita. Durante 14 días este recuerdo teresiano ha recorrido 9.177.030 kms. en el espacio alrededor de la tierra a una velocidad de 27.291 kms. por hora.
Durante ese tiempo con una oración intensa la comunidad encomendó a Santa Teresita su lluvia de rosas desde el espacio sobre el mundo. Su vocación universal ha llegado hasta los confines del espacio.
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