Cada año celebramos este prodigio… El nacimiento de nuestro Señor
Cada año nos acercamos a este misterio, convencidos que Dios viene a nuestro encuentro… Ahora bien… ¿Por qué viene, por qué se acerca, por qué llega?
Todos tenemos una respuesta: porque viene a salvarnos, porque quiere dar su vida por nosotros… porque estábamos perdidos a causa del pecado… y así argumentamos miles y miles de respuestas.
Todas ellas son válidas, teológicas y espiritualmente… pero lo cierto es que la inseguridad no se termina, el mal no se erradica, el pecado sigue en nuestros corazones…
Entonces… ¿Por qué viene a nuestro encuentro?
Un villancico que se escucha por estos tiempos nos canta: "Al Niño recién nacido todos le ofrecen un don… yo soy pobre, nada tengo, le ofrezco mi corazón"
Y, creo, que acá se esconde una respuesta.
Este Señor, que primeramente es Amor, viene para habitar el lugar propio del amor: el corazón del hombre.
"Amar, qué bien hecho que está para eso nuestro corazón", nos dice Teresita, "Si no tengo amor no soy nada" nos dice Pablo… "No hay amos más grande que dar la vida por los amigos" nos dice el mismo Jesús.
Y llega, de la mejor manera, acercándose como un niño al que hay que amar, un niño que todos quieren tener en brazos, acariciar, besar, hacerles caritas raras para que suelte un sonrisa, en fin, un niño que pide amor para devolverlo, ya grande en una entrega generosa, cumpliendo la voluntad de Dios, pero descubriendo hombres que aman y que pueden disponerse a recibir el amor del Padre Dios.
Estamos convencidos que viene a salvarnos, que viene a quitar nuestro pecado, que viene a dar su vida… Pero sobre todo, debemos convencernos que viene a amarnos y viene a pedir amor. Este convencimiento, hará que nuestro corazón se transforme.
Nuestra ofrenda, en esta Navidad debe ser un corazón lleno de amor, abriendo las puertas a Jesús que viene en un hermano distanciado, en una vecina enemistada, en un enfermo que me necesita, en un pobre que busca, también ser feliz y festejar esta alegría con lo poco que le demos.
"Yo soy pobre, nada tengo, le ofrezco mi corazón", será, al fin mi ofrenda… ofrenda de pobre, pero la que más agrada a Dios, mostrándolo en el pesebre, naciendo y viviendo pobre.
Que tengas una feliz navidad. Te envió mi bendición y le pediré a Dios en esta Misa de Nochebuena, que tu corazón sea la mejor ofrenda y tu regalo al Niño que nace.
Padre Claudio
Escribir Comentario
Por favor, mantenga el tópico de los mensajes en relevancia con el tema del artículo.
No utilice los comentarios para promociones y/o publicidad, ese tipo de mensajes serán removidos.
Solo Ingrese nombres, NO INCLUYA APELLIDOS, ni ningun otro tipo de dato personal dentro de los comentarios, NO UTILICE lenguaje inapropiado, evitelo ya que de ser así, el comentario ingresado será quitado.