Carta de los Reyes Magos a los que les escriben cartas todos los años.
Señores Padres, Sres. Maestros, Sres. Abuelos, Sacerdotes, Catequistas, laicos, chicos que nos envían pedidos.
Queridos Amigos
Después de que llegó Jesús a la tierra, sabrán ustedes que recibimos miles de cartas de los más pequeñitos, avalados, por supuesto, por los padres y/o tutores y encargados. Haciendo memoria de la presencia de Dios, y de nuestros pasos hacia aquel portal de Belén, ustedes y nosotros celebramos anualmente la Adoración que hicimos del Niñito Bendito. No sé si todos comprenden lo que significa "ADORAR". Pero eso fue lo que hicimos en Belén. Si separamos el término AD, en latín, significa "hacia, junto a", y ORARE, cuyo significado es "decir". "Junto al decir", aproximadamente, que son las palabras finalmente con las que nos comunicamos, y ofrecemos nuestro sentir. Qué importante encontrar significados, no? Pero aún hay quien considera al latín - y a otros idiomas originales - como a "lenguas muertas". No es de extrañar, si pensamos que también hay quienes subestiman las cuestiones de la fe, y dudan hasta del mismísimo Dios.
Fue grande nuestro asombro al seguir aquella estrella dibujada en el cielo desde toda la eternidad. Y más hermoso fue encontrar el lugar señalado para el nacimiento de aquel que habría de darlo todo, hasta su propia vida en muerte de cruz, por toda la humanidad.
En aquel momento y como era costumbre, para saludar y honrar al Nacido del Altísimo, teníamos en nuestras alforjas piecitas de oro, y manojos de incienso y de mirra. Oro, porque nosotros supimos de antemano que Jesús era un Rey, el Rey de Reyes, y su majestad divina no podía menos que ser honrada con el metal más precioso que existe sobre la tierra. Incienso y mirra, porque siendo elementos naturales de la maravillosa vegetación, su fragancia exquisita era utilizada para las alabanzas sagradas, símbolo de la elevación de las plegarias, mientras subía el humo, humilde de la ADORACION ( "junto al decir a Dios"), aroma de las purezas del corazón que se arrodilla, símbolo también de la comunicación de lo humano con lo Superior, con lo divino.
Y explicado esto, queremos contarles que, en un principio, recibíamos cartas donde se nos pedían ciertos bienes a cambio de un buen comportamiento, un sacrificio bien ofrecido, y muchos valores hermosos que las personas solían cultivar.
No sabemos cuándo fue, pero creemos que después de algún maquiavélico plan de economía global, ley de importación y exportación, o algunas otras cuestiones puramente terrenales, que lamentablemente llegó un momento en el que solo nos pidieron objetos: juguetes, pelotas, play station, celulares, etc. y hasta casi solo nos desean para hacer convenios con ofertas en los shoppings.
No es que tengamos problema en seguir respondiendo a estos pedidos, pero esta vez quisimos escribirles nosotros a ustedes, a los "pedigueños", para solicitarles algo muy especial, ya que también ustedes dicen "ad- orar" a Jesús, en cada nochebuena, y en general en sus vidas como cristianos.
Como todos saben, nosotros somos ciudadanos del Oriente, y de este lado del mundo, por desgracia no pudimos llevar ningún pedido ya que ni siquiera los hubo. No hubo Nochebuena, ni cena familiar de fin de año, mucho menos estrellas felices de brillar en el cielo.
Es que sobre el pueblo donde nació Jesús, el cielo está siendo sofocado por los fuegos de las armas, que no son precisamente espectáculos de luces de artificio, ni armas de juguete, sino más bien son los fuegos que están matando a tantos niños inocentes, tantas mamis, tantos papis y tantas familias, personas como ustedes, en la renombrada Franja de Gaza. Estamos muy apenados de ser testigos de este terrible momento, y hemos decidido escribirles nosotros, a los que habitualmente mandan correspondencia en esta fecha, para solicitarles su inmediata ayuda, ya que consideramos qu, como en aquel tiempo, los Herodes de hoy siguen persiguiendo de alguna manera al Niñito Santo, provocando la guerra, asesinando a más niños inocentes, mujeres, familias enteras…
Rogamos a todos los que verdaderamente creen en Dios, en el Niño Jesús, en María de Nazareth, su Madre Santísima, que nos ayuden a encontrar oraciones de paz por el mundo. Por eso hemos decidido dejarles los regalos, como siempre, porque en vuestras infancias nosotros seguimos honrando al Niño de la Luz, pero a cambio necesitamos que ustedes, en el arbolito, junto con el pasto y al agua, pongan esta vez muy cerquita del pesebre oraciones verdaderas por la paz en el mundo.
Estamos seguros de que Jesús oirá nuestras plegarias y que nosotros podremos juntar muchísimas buenas intenciones para ayudar a quienes quizá, no tengan más que eso en esta noche de Reyes: una plegaria en el corazón, en medio de tanta violencia, de tanto odio y de tanta indiferencia por el valor de la vida.
A los grandes, les pedimos especialmente que ayuden a tomar conciencia y eduquen a los más chicos sobre la importancia de la paz; sobre todo, para que los niños de hoy vean el ejemplo en su propia iglesia, en su familia, en sus ámbitos cotidianos, ya que lo más importante sigue siendo vivir en coherencia con el mensaje que vino a traernos Jesús, no los regalos materiales, ni los recuerdos superfluos de la religión que no explica sus significados como debiera, para que todos tengan acceso a una fe viva en obras, en sabiduría y en verdad. Una verdadera vida de conversión para que el ser humano alcance la dimensión de los valores que no cambian, porque la vida espiritual del género humano, tal como lo predicara Jesús Nuestro Señor depende de ellos.
Seguros de que este mensaje llegará a todas las almas, sobre todo a los que creen en el camino marcado por Cristo, camino de cruz, camino de paz, de reconciliación y de amor por los demás, los saludamos con el afecto de siempre.
PD. Los reyes magos de Jesús, no llevan armas para jugar a ninguna guerra. Lo consideramos inconveniente y nocivo para la salud espiritual de los niños. Sepan disculpar las molestias.
Melchor, Gaspar y Baltasar, Los reyes magos de Oriente
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