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Te invitamos a disfrutar de 8 encuentros de oración con Teresa de Lisieux.
Desde la necesidad que tenemos del Espíritu, nos abrimos a su presencia y dejamos que toque las fibras mas íntimas de nuestro ser, para que haga de nosotros un humilde reflejo de la ternura y bondad de Dios. Nos acompaña Teresa, a la que se ha llamado “filigrana del Espíritu para nuestro tiempo; danza del Espíritu para animar la fiesta cansada de nuestros días”.
“Yo antes estaba completamente sordo. Y veía a la gente, de pie y dando toda clase de vueltas. Lo llamaban baile. A mí me parecía absurdo... hasta que un día oí la música. Entonces comprendí lo hermosa que era la danza” (A. de Mello). (Puede sonar durante unos momentos una música de flauta).
Acoger al Espíritu.
Lo hacemos guiados por Teresita. “Me preparé con gran esmero para recibir la visita del Espíritu Santo... ¡Qué gozo sentía en el alma! Al igual que los Apóstoles, esperaba jubilosa la visita del Espíritu Santo” (A 36v).
Nos abrimos al Espíritu Santo que es:
·Fortaleza. El me dio fuerza “para ser santa, ser carmelita, ser misionera”(B 2v).
·Maestro interior “que enseña sin ruido de palabras” (A 83v).
·Luz, que ilumina “para vivir en la verdad” (U.C. 5.8.4). ·Don “sin medida” (U.C. 21.5.11).
·Palabra, que mantiene vivo el recuerdo de Jesús: “Dado que Jesús ascendió al cielo, yo sólo puedo seguirle siguiendo las huellas que él dejó. ¡Pero qué luminosas y perfumadas son esas huellas! Sólo tengo que poner los ojos en el Santo Evangelio para respirar los perfumes de la vida de Jesús y saber hacia dónde correr...” (C 36v). (Ora en silencio cada una de estas manifestaciones del Espíritu y recorre con ellas tu vida en un momento de silencio).
Entregar el Espíritu.
Lo que el Espíritu nos da no es sólo para nosotros; es para todos. Lo que gratis hemos recibido, lo tenemos que dar gratis. Así lo hizo Teresa. Su vida, incluidos los más pequeños detalles, fue todo un regalo entregado como alimento para todos. “Si alguna vez me ocurre pensar y decir algo que les gusta a mis hermanas, me parece completamente natural que se apropien de ello como de un bien suyo propio. Ese pensamiento pertenece al Espíritu Santo y no a mí” (C 19v).
(Terminamos compartiendo los dones que recibimos del Espíritu y entregándolos a los hermanos. Podemos expresar los dones mediante símbolos. Todo se culmina con una canción, a ser posible expresada por medio de la danza).
Ocho encuentros de oración con Teresa de Lisieux
Ocho momentos de oracion con Santa Teresita. Agradecemos a cipecar.orgla publicacion de los mismos
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