Los amigos... personas que reflejan con sus consejos, su sabiduría, su presencia, la mirada del mismo Jesús en nuestras vidas. Son ellos, los amigos, los que disfrutan de nuestras alegrías y se entristecen con nuestras penas.
Igualemos a Teresita. La pequeña florecilla de Jesús, quien nos enseña que para subir en el caminito del Amor a Dios debemos profundizar la relación con el prójimo. Crear lazos de confianza con los demás. Abrirnos y jugarnos la vida por aquellas personas que amamos.
Queremos dejar en las manos de Dios a todos nuestros amigos y que Teresita derrame sobre ellos una abundante lluvia de rosas.
Viviana y Pablo.
de luchas diarias y sueños compartidos.
Son muchos, y otras veces solo fueron algunos.
Yo también alguna vez fui entre muchos
y otras veces fui uno.
Uno que supo ser lágrima con el dolor
y hombro para el cansancio del herido.
Fui mano para sostener y levantar a mi amigo
que había caído.
Oído de atenta escucha y dedos de mensajes,
en pantallas amigas.
No permitas que me pierda en el camino
y en lugar de ganar amigos…los pierda.
Perdóname porque no puse corazón
y vida con quienes buscaron mi abrigo,
reclamaron mi presencia y necesitaron
mi sostén y cariño.
Enséñame a “ser amigo”
a descubrir en la mirada
cuando él necesita de mi compañía
o tal vez solo de mi amor que puede