A veces imagino cosas y saco conclusiones tremendas. Si Jesús hubiera nacido en esta época, por ejemplo, los reyes de hoy, le hubieran regalado un celular?
Dios nos libre! Por supuesto que no! No hubiera tenido ajuar comprado en ningún shopping, ( de hecho no lo tuvo, tuvo quizá solo pastizales para nacer) y lo más probable es que María y José fueran trabajadores de tierra adentro. El, artesano dedicado, ocupado en la carpintería, tallando formas en la nobleza de la madera, y Ella, madre, mujer, amiga, repartida en los quehaceres de la casa, amasando el pan, solidaria con sus vecinos, con la gente de su pueblo, y el culto a Dios. De hecho, de qué están llenas las iglesias de hoy? De mujeres! Qué lindo sería encontrar hoy a María en la sacristía no?
Entonces me atreví a imaginar más. Hasta ahora vislumbré una familia de clase media, casi tirando a baja. Pero la Navidad no se trata de socialismos ni populismos estériles; ni siquiera de idealizar lo que probablemente no entenderemos nunca: el misterio del amor, un Dios encarnado en naturaleza humana… difícil, muy difícil de entender!
Difícil de entender sin una perspectiva de “familia humana”. Creados de la nada, dotados para dominar la creación, y Dios, de golpe, es un bebé. Un niñito. Cómo es esto? Como si fuera poco, un niño nacido en la pobreza, que llegará a ser rey por su sacrificio de amor. El hijo de Dios, elige morir por la familia humana! Impensado!
En tiempos donde la ignorancia y la superficialidad arrasa, cualquier cosa relacionada con la fe, se torna difícil de sostener y de compartir en estos días. Pero ánimo! Todavía quedamos muchos que creemos que la Navidad no es un cuento, y que tenemos ganas de ir hacia adentro, a nacer, en el pesebre de nuestro corazón.
La Navidad parecería haber perdido su significado, entre tantos corto-circuitos sociales, familiares, vinculares. El ser humano de hoy busca llenar sus vacíos. Por eso estallan los televisores de imágenes horrendas, que generan mucha confusión.
Me pregunto, si Jesús naciera en este mundo actual, quizá tuviera su pesebre en el Africa, o en la Villa 31. Tal vez María fuera una vez más, una mujer silenciosa, o tal vez acallada por la sociedad.
Pero dije que no vería solo a Jesús en los pobres.
También imagino que si Jesús naciera en una familia sin pesares económicos, quizá tuviera, como los niños de hoy, un problema de incomunicación, unas ganas tremendas de drogarse, y supongo que saltaría escuchando música rave en un recital, para aturdirse. Obviamente, esto es pura locura. Jesús es imagen de Dios, modelo perfecto de criatura.
Pero a dónde quiero llegar con esta imaginación feroz? Hasta aquí. En realidad, Jesús nace en todos lados, en tantos pesebres, de pobres y de ricos. Poder vislumbrarlo en cada realidad, nos haría más humanos, y nos llenaría de la misericordia de Dios. Porque para eso ha nacido el Salvador, para llenarnos de la infinita misericordia.
Veamos a Jesús en todos los chicos que necesitan ayuda, no solo material. Hay niños Jesús absortos con la play station. Hay otros en rollers, muy solos con su confort, y más de uno descalzo.
Hay Marías que sufren por sus maridos con desempleo. Otras Marías que no se han descubierto como tales, que compran compulsivamente zapatos, carteras y perfumes.
Hay Marías llenas de infelicidad, resentimiento y amargura, porque no se han mirado en el espejo bendito del alma en estado puro.
Y hay Marías que corren contra el reloj para llevar chicos al colegio, irse a trabajar, volver y seguir trabajando para ganarse la vida y darle dignidad a los suyos.
Ojalá este revuelo de palabras que les regalo, sirva para que podamos tener otra mirada sobre la navidad, y que podamos descubrir a tantos “José”, a tantas “Marías”, a tantos “Jesús”, como nos sea posible.
Bendiciones para todos!
Alejandra
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