El camino de la cruz es también el camino de nuestra vida. El Vía Crucis de Jesús está en el centro de ese gran misterio de nuestra Salvación, porque sin duda es la muestra mas grande del infinito amor de Dios que entregó a su Hijo por nosotros.

En esta cuaresma, acompañemos a Cristo en su Vía dolorosa y acompañemos a todos aquellos que, en nuestra sociedad, siguen actualizando la pasión y muerte de Jesús, a través de sus dolores, de sus penas, de su incomprensión ...

Oremos para que su pasión dé sentido a nuestras vidas. Roguemos para que su muerte redima nuestras muertes. Oremos para que nuestra fe nunca desfallezca y para que podamos proclamar a nuestros hermanos que creemos que Cristo, sobre todo lo que tuvo que soportar, ha resucitado y su reino no tendrá fin.

Sigamos a Cristo, recorramos el itinerario del dolor, vivamos junto a El ese gran sacrificio, esperando la alegría de la resurrección.

 “Vivir de amor es subir con Jesús hasta el calvario y darle al tesoro de la cruz todo su valor. En el cielo mi vida será alegría, y para siempre cesará el dolor. Pero aquí abajo, lo que yo quiero, es, aún en el sufrir, vivir de amor.”

Santa Teresita.

Queremos invitarles para que desde sus casas a solas o en familia puedan meditar junto a los escritos de Santa Teresita el Vía Crucis del evangelio de San Lucas.

Escojer un día en la semana, el que deseen y a la hora que puedan, para devolverle a Dios un ratito del tiempo que Él nos regala.

Que su Espíritu ilumine nuestra mente y nuestro corazón y pidamos la gracia de recordar el Vía Crucis del Señor en los momentos difíciles de nuestra vida para vivirlos con humildad y amor.